top of page

TALLERES DE TEATRO

Trabajando desde la verdad

 

La verdad es una condición absoluta, intrínseca al ser humano, sólo desde la verdad y la aceptación se produce el cambio. El actor tiene el pacto sincero con el público de la ficción y, aceptado el pacto, sólo es posible la comunicación desde la verdad.

 

En escena, como en la vida, defendemos tres verdades necesarias: una de ellas es que en el teatro tiene que "haber personaje", lo que en la vida conocemos como actitud; otra es que "el teatro es acción", como en la vida la acción es esencial para no dejar la idea frustrada, no sólo accionamos porque pensamos, en multitud de ocasiones la acción nos lleva a la revolución de la imaginación y desde esa circunstancia a nuevas y magníficas ideas; y por último, en escena "no vale negar", la acción nos lleva necesariamente a la propuesta y desde la propuesta crecemos, desde la que surge de nosotros, pero tambien desde la que surge del grupo.

 

Somos seres sociales, necesitamos del grupo tanto como necesitamos de nuestra individualidad, no podemos ser ajenos a esta ciscunstancia. Si lo aceptamos podemos disfrutar dejándonos sorprender por lo que los demás proponen o aportan descubriendo la magia de crecer en conjunto. La responsabilidad de cada individuo en el teatro depende de la correlación con el grupo. 

Descubriendo la libertad

 

La libertad, que depende de uno mismo, es un ejercico de responsabilidad. Somos libres en la medida que aceptamos la responsabilidad de serlo, esa libertad no se nos da o se nos quita, tendemos a limtarnos, los prejuicios, las ideas preconcebidas, la incapacidad de seguir creciendo o el qué pensarán los demás, nos encarcela.

 

Todo niño en su infancia es un ser libre, es un genio en sí mismo. La vida nos va cargando de ideas que se fijan, de formas de entender o de ser que parecen verdades absolutas e irrevocables. Recuperar nuestra parte infantil, abierta a la sorpresa, nos ayudará a emocionarnos, a seguir creciendo y a determinar cómo queremos vivir el momento, el instante en sí mismo.

 

Nos podemos encontrar solicitando una libertad social sin habernos preguntado si nos estamos permitiendo ser libres, de la misma forma que nos preguntamos si habrá vida tras la muerte, sin preguntarnos si tenemos vida previa a la muerte, o al menos si vivimos  la vida que deseamos.

 

Perder miedos, romper prejuicios, aprender a desaprender para aprender de nuevo y convertir la vida en el maravilloso juego de vivir, y entregarnos a ella con la responsabilidad de exprimirla hasta sacarle todo el jugo.

bottom of page